7 de octubre de 2012

De vuelta.

Así que aquí estoy otra vez. He sobrevivido a uno de los veranos más intensos de mi vida. ¿A qué me he dedicado?
  1. Tapar el tatuaje que ponía el nombre de mi ex, pero se sigue viendo. La historia no se borra.
  2. Ir con mi novio y con mi perra de vacaciones.
  3. Probar por primera vez los chipirones. Están buenos.
  4. Leerme la trilogía completa de 50 Sombras en menos de 2 semanas.
  5. Comprarme coche! Si señores, soy una jovencita con coche propio, lo que se dice un partidazo.
  6. Conocer a mucha gente. En realidad a la persona más importante que he conocido, digamos que ya la conocía. Somos del mismo barrio desde siempre, y a mi siempre me había parecido un poco borde y despegado de la sociedad. Por cosas de la vida, que no son otras que nuestros perros se olieron mutuamente el culo, empezamos a hablar. Y así seguimos. No puedo pasar un día sin habarle por el whatsapp para meterme un poquito con él.
  7. Que me robaran el móvil nuevo, y que el seguro aún no me haya dado otro.
  8. He madurado. Eso creo.

Y vuelta a la realidad, a mi ciudad de estudio. Vuelta a los brazos de mi novio, y la vuelta no fue fácil. Desee estar en Oviedo con mis amigos en lugar de con él. Me he dado cuenta de que somos muy diferentes, pero no necesariamente tiene por qué ser malo.

El caso es ése, aquí estoy. Quemando otra vez el gym. Agobiándome en la universidad. Sacando a la perra 4 veces al día. 

Pero como no hay guerra que mil años dure, en el puente del Pilar me voy de vacaciones al mediterráneo.
That's what I call: Fuck yeah! Aunque realmente, el mar que me enamora es el cantábrico, la tierrina tira mucho. Aquí la prueba.










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